viernes, 23 de abril de 2010

"Elogio a la mujer brava" por Héctor Abad

Para quien no lo sepa, Héctor Abad nació en Colombia en 1958 y se recibió en Literatura moderna en Italia, Regresa a Colombia en 1987 cuando un grupo paramilitar asesina a su padre (médico defensor de derechos humanos y fundador de la que ahora es la facultad de medicina) pero se vuelve a ir a Italia por amenazas recibidas, regresa en 1993 aproximadamente y en la actualidad reside en Bogotá.












Elogio  a la mujer brava por Héctor Abad




A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viejas, traumadas, solteronas, amargadas, marimachas, etc. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.








La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran “no más usted me avisa y yo le abro las piernas”, siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo y se quedan a medias).






A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.






Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.






Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.






Los varones machistas, somos animalitos todavía y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas.. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza. Esas mujeres nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.






Vamos hombres, por esas mujeres bravas!!!!!!!!!!










Fuente: vía mail

17 comentarios:

Petri dijo...

Me gusta mucho, odio que me llamen arpia, bruja o frutarada solo pro decir lo que pienso y tener pensamientos propios.

Mar Varela dijo...

Montse, los hombres no saben lo machistas que son, pero tu no les hagas caso que eres una mujer increíble...
Un beso cariño

mamen dijo...

Mar, muy buena entrada, yo siempre fui una rebelde con causa, en mis tiempos no se podia ni protestar, pero ya las nuevas generaciones de mujeres teneis otra suerte, y la cosa sigue, un beso cielo

Mar Varela dijo...

Mamen, ya lo se y eso es algo que admiro en ti... me encantas...
Un beso cariño mío

altapare dijo...

Mar, me has impresionado gratamente, no se encuentran muchas cosas de estas en blogs en español, parece que pocos tuvieran algo que decir en cuanto a las cosas que nos atañen a las mujeres mayores de 40, 50 o mas.
Muchas gracias por los elogios que a mi, a mis 55, me tocan. Y no solo somos bravas tambien podemos ser bastante atractivas si ponemos un poquitico de esfuerzo, aunque ya no haciendo de ello nuestra prioridad.
Tenemos tanto porque vivir y tanto que dar. Que vivan los años!

IDania dijo...

Mar,
No me dí cuenta que tenías este otro blog. Es fantástico!!!
Además, me gustan mucho las ideas que expones. Yo tengo 56 años, no soy española de nacimiento, aunque sí de corazón. Siempre, siempre he sentido y vivido el machismo allá por donde he pasado. Gracias a Dios, como dice tu tia, Mamen, las nuevas generaciones tienen otras oportunidades, sin embargo, el machismo sigue estando en el aire... se respira y lo que si es una pena es que muchos de los varones de estas nuevas generaciones sigan relegando a las mujeres a un segundo plano. Gracias a Dios que no lo vamos a permitir!!!!

Me encanta este blog y ya me hice seguidora!!!!

Besos, besos...
IDania

Mar Varela dijo...

Altapare, me alegro que te guste, en este blog encontrarás muchas de las de cosas que pienso y creo.... bienvenida...
Un besote

Idania, por supuesto que no lo vamos a permitir... a pesar de la de hombres que parecen no ser machistas en el fondo siguen teniendo algo de ello....
Un beso cariño

Verdial dijo...

Bravo, bravo y bravo por Héctor Abad y este maravilloso texto.
Otro gallo cantía si todos los hombres pensaran tal y como piensa él.
Todos los hombres y muchas mujeres que aún no han salido del yugo machista.

Un abrazo

Mar Varela dijo...

Verdial, me parece horrible que haya hombres machistas pero que haya mujeres que lo sean es algo que no concibo... gracias por tu visita...
Un besote

Anónimo dijo...

Ya conocía el texto me lo mandaron por emeil, pero es estupendo y retrata una realidad. Claro ¿qué hacemos con las mujeres machistas?
Besos y gracias por visitarme

Mar Varela dijo...

Anamorgana, a mi también me lo mandaron por mail, pero me gustó mucho y lo he querido compartir con todo el mundo, con las mujeres machistas no se puede hacer nada por desgracia...
Un besote

Betechef dijo...

Parabéns Héctor Abad pelo belo texto e parabéns também pra você Mar pelo belo blog. Gostei muito. Aproveito para deixar aqui o meu Feliz Dia das Mães!Bjs e um ótimo domingo!

Mar Varela dijo...

Bete, gracias lo mismo te deseo...
Un beso

Susana dijo...

Hola Mar.

Llegué a tu otro blog desde "Madrid tiene miga"... y me encantó. La cocina ha sido siempre una gran atracción para mí, y las tortas decoradas un hobby... He hecho muchas... aunque ahora estoy un tanto perezosa ya que los años van pasando y las casi once horas de trabajo diario me dejan sin fuerzas.
Desde hace ya dos o tres años me he dedicado a otra tarea que me apasiona y es el tejido. En realidad todo lo que sea trabajo manual me atrae, pero me conformo con tejer por ahora.
Hablando de este post maravilloso que has publicado, te cuento que ya lo conocía y no me canso de leerlo... La primera vez que me llegó por mail, sólo tenía el nombre del autor, lo que me permitió a través de internet conocer quién era.
Luego llegó a mis manos el libro "El olvido que seremos" del mismo autor que me atrap
o. Es un libro de esos que no puedes dejar de leer hasta llegar a la última página. Es de una ternura y firmeza admirable... Lo recomiendo de corazón....
Un abrazo desde Montevideo, Uruguay

Prieta dijo...

Mar, que maravilloso es este tu blog, me encanta!

Este texto de Héctor Abad describe muy bien tanto a los hombres machistas como a las mujeres nuevas y fuertes. Me gusta descubrir a uno mas de los verdaderos hombres. Este si se merece a una mujer de verdad!
Saludos!

Mar Varela dijo...

Prieta, después de todo lo que dice se supone que estará con una gran mujer... el sabrá varolararla...
Un beso cielo

Mar Varela dijo...

Susana, gracias por venir... tomo nota de tu libro, a ver si retomo la lectura que tengo olvidada..
Un besote